¿Qué sabemos de los satélites Galileanos?

Los cuatro satélites galileanos, en una composición comparando sus tamaños con el tamaño de Júpiter. En orden descendente, son Ío, Europa, Ganímedes y Calisto. NASA/JPL/DLR - NASA planetary photojournal

Los cuatro satélites galileanos, en una composición comparando sus tamaños con el tamaño de Júpiter. En orden descendente, son Ío, Europa, Ganímedes y Calisto.
NASA/JPL/DLR – NASA planetary photojournal

No es un accidente que Júpiter comparta su nombre con el Rey de los Dioses. Además de ser el mayor de los planetas del Sistema Solar – con dos veces y media del resto de planetas combinados – es también el hogar de algunas de las lunas mas grandes de cualquier planeta en el Sistema Solar.

Las más grandes son conocidas como Galileanas, ya que fueron descubiertas por Galileo Galilei y llamadas así en su honor. Éstas son: Io, Europa, Ganímedes y Callisto, y son el cuarto, sexto, primero y tercer satélite más grande, respectivamente.

Juntas, estas lunas contienen casi el 99.9% de la masa total que orbita alrededor de Júpiter, y que orbitan a una distancia entre 400.000 y 2.000.000 km del planeta. Estas lunas están entre los objetos más masivos del Sistema Solar, con la excepción del Sol y los ocho planetas.

 

Io:

El satélite más cercano a Júpiter es Io, nombrado así después en honor a una sacerdotisa de Hera que fue amada por Zeus. Con un diámetro de 3,642 km, es la cuarta luna más grande del Sistema Solar. Con unos 400 volcanos activos, es también el objeto más activo geológicamente en el Sistema Solar. Su superficie está punteada por más de 100 montañas, algunas de ellas mayores que el Monte Everest de la Tierra.

A diferencia de la mayoría de los satélites en la zona más alejada del Sistema Solar (que están cubiertos por hielo), Io está compuesto principalmente por roca de silicato que rodea un núcleo de hierro fundido o de súlfuro de hierro. Io tiene una atmósfera muy fina compuesta casi en su totalidad por dióxido de sulfuro (SO2).

Esta imagen fue obtenida durante la décima orbita de la sonda de la NASA, Galileo. Crédito: NASA.

Esta imagen fue obtenida durante la décima órbita de la sonda de la NASA, Galileo. Crédito: NASA.

 

Europa:

El segundo satélite más cercano a Júpiter es Europa, que toma su nombre de la mítica noble fenicia que fue cortejada por Zeus y llegó a ser Reina de Creta. Con 3121.6 km de diámetro, es el más pequeño de los satélites Galileanos y un poco más pequeña que la Luna.

La superficie de Europa consiste en una capa de agua rodeando el manto que se cree tenga unos 100 kilómetros de grosor. La sección más externa está compuesta por hielo sólido, mientras que en el fondo se piensa que puede haber agua líquida, que está cálida debido a la energía térmica y la flexión de la marea. Si fuera verdad, es posible que la vida extraterrestre pudiera existir en el interior de este océano subterráneo.

La superficie de Europa es también una de las más llanas en el Sistema Solar, un hecho que apoya la idea de que exista agua líquida bajo la superficie. La falta de cráteres en la superficie es atribuida a que ésta es muy joven y tectónicamente activa. Europa está principalmente hecho de roca silicato, posee un núcleo de hierro, y una tenue atmósfera compuesta principalmente por oxígeno.

Imagen tomada el 7 de septiembre de 1996 por la nave espacial Galileo. Crédito: NASA.

Imagen tomada el 7 de septiembre de 1996 por la nave espacial Galileo. Crédito: NASA.

 

Ganímedes:

El siguiente es Ganímedes. Con 5262.4 km de diámetro, Ganímedes es el satélite más grande en el Sistema Solar. A pesar de ser más grande que el planeta Mercurio, el hecho de que sea un mundo helado significa que sólo tiene la mitad de la masa de Mercurio. Es también el único satélite conocido en el Sistema Solar que posee magnetoesfera, posiblemente creada a través de la convección del hierro líquido de su núcleo.

Ganímedes está compuesta principalmente por roca silicato y agua helada. Se cree que exista un océano salado a unos 200 kilómetros por debajo de su superficie – aunque Europa sigue siendo el principal candidato de poseer dicho océano. Ganímedes tiene un alto número de cráteres, muchos de los cuales están cubiertos por hielo, y cuenta con una fina atmósfera de oxígeno que incluye O, O2, y posiblemente O 3 (Ozono), y algo de hidrógeno atómico.

Ganímedes, Luna de Júpter. Crédito: National Oceanic and Atmospheric Administration.

Ganímedes, Luna de Júpter. Crédito: National Oceanic and Atmospheric Administration.

 

Calisto:

Calisto es el cuarto y el más alejado de Júpiter. Con 4820.6 km de diámetro, es el segundo mas grande de los Galileanos y el la tercera luna más grande del Sistema Solar. Calisto fue la hija de Licaón, rey de Pelasgia y cazadora compañera de la diosa Artemis.

Compuesto por aproximadamente la misma cantidad de rocas y hielo, es el menos denso de los Galileanos, y las investigaciones han revelado que Calisto podría tener un océano subterráneo a una profundidad mayor de 100 kilómetros de su superficie.

Calisto es también uno de los satélites con mayor número de cráteres en el Sistema Solar – El mayor es el satélite, con 3000 kilómetros de ancho, conocido como Valhalla. Está rodeada por una delgada y extrema atmósfera compuesta por dióxido de carbono y probablemente oxígeno molecular. Calisto ha sido considerado el satélite más adecuado para futuras exploraciones en una base humana, ya que está alejado de la intensa radiación de Júpiter.

El satélite Calisto por la sonda Galileo. Crédito: NASA/JPL/DLR.

El satélite Calisto por la sonda Galileo. Crédito: NASA/JPL/DLR.

Fuente: Universe Today

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